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28-09-2008

Prudencio Correa

 

La crisis actual del Frente Amplio

 

 

Si la izquierda no estuviera tan ocupada de hacerse zancadillas mutuamente, de tanta politiquería de cálculo y de tanta mezquindad. Si en vez de dedicarse sus principales figuras a todo este juego pequeño se hubiera dedicado a forjar una unidad con miras a llevar adelante un cambio mas allá del capitalismo vigente en Uruguay, otro gallo cantaría. Pero la izquierda no supera su estalinismo elemental del que abjura en toda ocasión de ceremonia que puede para practicarlo efectivamente en todas las instancias de su vida politica real. Es decir: no tienen una estrategia de cambio que supere el capitalismo. Ese es el punto central.

 

 

Mas de una vez hemos señalado que la crisis actual del Frente Amplio -cooperativa electoral gobernante- es antes que nada una crisis de las alturas.
 
Ante el señalamiento de esta crisis, que permea practicamente la gestión gubernamental del Sr. Tabaré Vázquez- más de una ceja se levanta señuda, mas de una diatriba, insulto o acusación falsa se levanta. En el Frente las alturas que censuran y silencian, acusan siempre a los que se atreven a criticarlos de hacerle el juego al enemigo. Pero cuando la misma crítica es señalada por los múltiples organismos que miden los estados de ánimo de la opinión pública, entonces los mismos que internamente quieren imponer el silencio toman conciencia de que por más que tapen los problemas, los mismos estan ahí y hay una opinión pública ante la cual nada valen sus desbordes internos de verticalismo trasnochado.
 
La Crisis de las alturas del Frente consiste precisamente en eso: una incapacidad permanente de la cúpula de partidos dirigentes de escuchar a las bases. De esa limitación participa en primer lugar el propio presidente saliente Tabaré Vázquez y el equipo mas inmediato elegido por él: el actual presidente del Frente Brovetto, la Secretaria de la Presidencia de la que estuvo al frente el actual Canciller Gonzalo Fernandez y una serie de personajes más, inclusive mas de un ministro que ha demostrado en la gestión la misma incapacidad que lo carecterizó en su desempeño comunal pasado.
Tabaré Vázquez es un hombre que ha cuidado mucho su figura y no le ha faltado el olfato, o la cintura, o como se quiera llamar a esa capacidad para estar permanente alerta ante los estados de la opinión publica y saber retroceder cuando las circunstancias lo requieren. Pero, superada la crisis, vuelve el Sr. Presidente y su voluntad verticalista y piramidad a hacerse oir. Lo único nuevo que puede constatarse despues de los últimos fracasos que arruinaron su pretensión de reelección, fue que aprendió a impulsar sus ideas, criterios y puntos de vista desde el exterior.
 
Analizada la crisis de las alturas, debe señalarse tambien que en su cimiento es una crisis de las principales formaciones originarias del Frente, de su izquierda y por tales entendemos: el MPP, el Partido Socialista y el Partido Comunista.
 
Si la izquierda no estuviera tan ocupada de hacerse zancadillas mutuamente, de tanta politiquería de cálculo y de tanta mezquindad. Si en vez de dedicarse sus principales figuras a todo este juego pequeño se hubiera dedicado a forjar una unidad con miras a llevar adelante un cambio mas allá del capitalismo vigente en Uruguay, otro gallo cantaría. Pero la izquierda no supera su estalinismo elemental del que abjura en toda ocasion de ceremonia que puede para practicarlo efectivamente en todas las instancias de su vida politica real. Es decir: no tienen una estrategia de cambio que supere el capitalismo. Ese es el punto central.
 
Desde este punto de vista la crisis política es lo que es: la lucha entre corrientes que tienen rumbos economicos distintos. Rumbos que no pueden cobijarse bajo la hoja de parra del "programa" ni bajo la falsa discusión de "las candidaturas". Es por eso que alternándose, los temas resurgen constantemente y no se logra un acuerdo. Vivimos periodos freneticos de luchas por figuras, candidatos, y otros de invocaciones a los programas y terminada la una u la otra volvemos como disco rayado a repetirnos.
 
Es necesario señalar que hay varias corrientes frentistas que no quieren cambios profundos porque son particularmente incapaces de canalizar la presión popular. Esas corrientes desde el comienzo se inclinaron por el continuismo del Sr. Presidente y en la tarea -aún despues de la declaración pública del Presidente, en su momento -continúan.Y los que no están por el continuismo optan por el Sr. Astori. Digamos las cosas como son.
 
El Sr. Astori, que buscaba el espaldarazo del Sr. Presidente para tomar la ventaja posicional que necesitaba en la interna del cabildeo, los corredores y las acuerdos de espalda al público, en las alturas, cree profundamente en que el desarrollo nacional vendrá de la inversión extranjera. Para conseguirla hay que seguir fielmente las condiciones que otros fijan. El pago de la deuda externa entre otras.
 
Creemos que la inversión extranjera traerá solo crecimiento económico pero es incapaz para sustentar desarrollo. Es por eso que se impone una politica económica distinta a la practicada. Sobre el tema se han expresado publicamente, claramente el nucleo denominado Economistas de Izquierda.
 
Pero para un cambio de rumbo, de timón se impone tambien un diálogo franco con las masas populares. Un diálogo inclusive con los sectores asalariados mas reacios a abandonar sus intereses corporativos que son al fin y al cabo una herencia del pasado liberal que fue. Ese diálogo es tanto mas indispensable cuando no habra crecimiento económico que permita distribución mas justa, si no hay movilización popular productiva.
 
Hay corrientes en el Frente que consideran innecesario y hasta desgraciado si sucediera esa movilización popular. Particularmente porque son perfectamente conciente que se opone a sus mandarinatos, a su neo-liberalismo-con-cambios-cosméticos. Neoliberalismo del cual prefiereren no hablar públicamente pero que se manifiesta y se manifestó muy claramente en la gestión gubernativa del Sr. Presidente Tabaré Vázquez y del ministro de economía Danilo Astori. Tema que tambien, todos conocemos, por más esfuerzos que se hagan para pintar la realidad de otra manera.
 
La gestión gubernamental del Sr. Presidente Vázquez llega a su fin en la misma medida que se lanza francamente la carrera electoral. Llegó el momento de definir rumbos luego del triunfo pasado. Pero definir rumbos para un cambio en el sentido de las espectativas populares más sentidas que son los grandes problemas nacionales no resueltos.
 
Tabaré Vázquez, Astori, Brovetto, el actual canciller son, en esta perspectiva, el pasado. Un pasado que en realidad no quiere cambios ni olas. Un pasado que cabalgo hasta ahora sobre una coyuntura económica internacional que les permitió sus jueguitos malabares que en realidad no cambiaron nada y que dejaron muy horondos y más ricos a los viejos detentadores del poder.
 
La gente y entendemos por la gente en primer lugar a los que viven del sudor de su propia fuerza de trabajo llámense proletarios o asalariados, desde su posición constante de convocados sin mucha participación, ha olfateado el problema inmediatamente despues del triunfo electoral. Y ha manifestado su opinión en las elecciones internas del Frente, en las movilizaciones populares y en la actividad sindical. Cada vez que han sido convocados se han pronunciado y han fortalecido dentro de la interna frenteamplista a ciertas corrientes y a ciertos personajes políticos. Todos los pronunciamientos no han sido, evidentemente, del agrado de las jerarquías, de la cúpula, porque marchaban contra sus intereses, sus visiones o sus criterios.
 
El debate político interno del Frente ha registrado las múltiples maniobras- con diferentes pretextos- para burlar esa justificada desconfianza popular e imponer el rumbo que ciertos sectores consideran que es su prerrogativa política. Sin vacilar en silenciar forzadamente a ciertos críticos con cargos institucionales (lease Chifflet o Licandro para mencionar los mas notorios).
 
Todo este conflomerado se ha apresurado últimamente a buscar en la vía de los acuerdos internos, que son meros "cabildeos", imponer a rajatablas la candidatura del Sr. Astori. Y se han enfrentado a una terca voluntad popular manifestada en las encuestas: el candidato que la gente prefiere es Mujica (1).
 
Como hacer para burlar ese problema y en el tironeo -por "desprolijos"- no perder las elecciones?
Porque a esto es a lo que se arriesga cierta voluntad "centrista", digámoslo claramente.
 
Señalemos finalmente algo más. El gobierno son ministerios, cargos parlamentarios, intentencias y cargos de confianza. En eso estan muchos que quieren seguir en las posiciones que les dió la última elección, verbigracia el conglomerado que se agrupa bajo las siglas del CAP-L dentro del espacio 609.
Y basta ver los virajes del tentesieso que lo dirige con Astori o con Mujica para entender que en la ecuación política entra tambien las ambiciones personales o de grupo.
 
Hay en vísperas de las elecciones uruguayas, una crisis de la economía mundial capitalista y globalizada. No son tiempos de "jugar al centro" ni al neo-liberalismo-cosmético. Otras son las opciones que la gente olfatea estan en la agenda. La crisis tendrá la virtud de hacer volar como a las brujas por los techos a todos aquellos que les queda muy grande, la ambición y las pretensiones.
 

 
(1) Las últimas encuestas manifiestan claramente la ventaja de Mujica sobre Astori. Ventaja que se intentó algunas veces revertir en la mera propaganda. El 49% de los preguntados estan por Mujica, el 32% por Astori. En el afinamiento binario (dos candidatos) en la situación de una voluntad frenteamplista del 45% de voluntad de voto, Mujica pasa a un 52% y Astori a un 42%.
La encuesta del Espectador (radio) dá cifras aproximadas 45% para Mujica y 31% para Astori.
 
 

 

 

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